CUANTAS MANOS EDUCAN A MI HIJO ??

A la educación que damos como padres, se suman una serie de comentarios, consejos y críticas sobre nuestro papel sin que los hayamos pedido. ¿Cómo controlar y aprovechar esas situaciones?

Los abuelos, las nanas, los cuñados y las amigas, todos quienes tienen relación con la familia, influyen de una u otra manera en la educación de los hijos. A continuación señalamos algunas situaciones que suceden con frecuencia y damos pautas de cómo manejarlas, pero siempre teniendo en cuenta que los padres son los responsables de la educación de sus hijos y que sólo ellos trazan la línea.

Situación 1: Los abuelos

- "La abuela encuentra que la sopa de mi hija está mal hecha porque no tiene suficiente acelga; me hace ponerle un gorro de lana cada vez que me voy de su casa, aunque haga calor; y encuentra que duerme demasiado poco".
- "La abuela, cada vez que vamos a verla, les tiene unos regalos increíbles. Ellos sólo quieren ir por los regalos, pero ella no se da cuenta".
- "Estoy tratando de que mi hija no coma dulces ni chocolates porque está con sobrepeso, pero los abuelos la llenan de dulces cada vez que pueden".
Existen dos tipos de abuelos: los regalones y los ayudadores. Los primeros sólo buscan que los nietos estén felices con ellos y para eso se desviven por hacerlo que los niños quieran, los llenan de regalos y dulces.
Los ayudadores, en cambio, quieren apoyar a los papás en lo que pueden. Las mamás viven en una vertiginosa carrera entre el trabajo, las compras, los turnos y la casa. El papel de los abuelos es fundamental porque tienen la experiencia, la sensatez, el criterio y el amor para ayudar en la educación de los nietos.
No se trata de opinar y corregir sobre el manejo de la casa, la comida o si el niño tiene que ponerse el chaleco o no. Su papel está en ayudar a desarrollar a esos niños como personas, reforzarlos en el plano espiritual. Así, por ejemplo, de chicos, les pueden enseñar a ser cariñosos, a desarrollar algunas virtudes, y, más grandes, comentar con ellos las noticias del diario, llevarlos al teatro, etc.
Por supuesto que el lado "regalador" también puede estar presente. Es parte del ser abuelos. Pero teniendo cuidado en "no atornillar al revés" que los padres. La mejor manera de hacerlo es preguntándose si así ayudan a la educación de sus nietos o no.
Y si el abuelo o la abuela creen que algo anda mal en esa familia, claro que puede hablar con su hijo o hija. Esperar el momento apropiado, invitarlo, por ejemplo a almorzar, y dar un buen consejo, es parte de su papel. Los abuelos pueden ayudar mucho, sin necesidad de ser "metidos".
Una buena relación entre abuelos y nietos es un maravilloso tesoro para los niños. Si hay confianza, cariño y respeto, pueden conversar cualquier cosa y preguntarles todas sus inquietudes, incluso más que a los papás. y los niños podrán aprender muchas cosas que sólo la experiencia da.
Situación 2: La nana

- "No quiero que mi hijo siga durmiendo siesta porque después no hay cómo acostarlo en la noche, pero la nana insiste en que el niño se pone "nervioso" sin siesta y lo hace dormir igual".
- "Ya tiene más de un año y puede comer de todo, pero la nana le sigue dando sopa cuando yo no estoy".
- "Mi hija ha aprendido de la nana un montón de palabras que yo no quiero que diga y también ahora tiene miedo a los ladrones ya los terremotos por lo que ella le cuenta".
La nana es una persona que está en estrecho contacto con nuestros hijos por lo que hay que elegirla muy bien. La elección será distinta si la mamá trabaja fuera del hogar, que si está en la casa. Si trabaja, la nana será la autoridad de los niños durante gran cantidad de horas y hay que darles instrucciones claras.
El momento de la entrevista es fundamental: hay que preguntarle de todo. Y también establecer las normas de la casa: horarios, comida, orden, jamás pegarle a un niño, que la que castiga es la mamá, que no vea televisión con los niños, etc.
Claro que muchas veces cuesta tener autoridad y que, de verdad, obedezca una orden tan simple como que el niño no coma a deshora o que no duerma siesta. En estos casos, es bueno apoyarse en alguna autoridad "superior": "el doctor dice que no puede comer a deshora porque está con sobrepeso y se va a enfermar. .." "el papá no quiere que duerma siesta. .."
Para que la nana trate bien a los niños y respete la autoridad de la mamá, lo fundamental es tratarla con cariño, enseñarle con paciencia, celebrarle lo que hace bien y tenerle comodidades en su pieza. Sólo así va a responder bien. Tiene que saber que le confiamos lo más precioso, nuestros hijos y que si miente, le perderemos esa confianza.
Muchas veces, nuestra única forma de control serán los propios niños. Preguntarles, por ejemplo, por la comida o si vieron TV, será la mejor manera de saber qué pasó -los niños no mienten- y de que ella sepa que la mamá está al tanto de todo.
Situación 3: La familia
- "Los primos tienen Nintendo, pero yo creo que mi hijo, aunque tiene la misma edad, es todavía muy chico para tenerlo".
- "Mi hijo no se atrevía a meterse en la piscina y mi cuñado dijo que él le iba a enseñar. Lo pescó de un salto y lo metió al agua. Resultado: llanto de una hora y más terror al agua. Ahora sí que no mete ni el dedo gordo".
- "Mi hija reclama que en la casa de los primos siempre hay juguetes más entretenidos, se come más rico y los papás son más simpáticos porque los dejan hacer cosas que yo no dejo".
Las relaciones familiares son muy buenas y hay que fomentar el cariño y la unión de los primos. Pero, como ocurre en todas las relaciones, siempre aparecen conflictos.
Los más típicos se producen por la comparación: ellos tienen, yo no; ellas pueden, yo no. Aquí hay que ser muy claros como papás: las comparaciones no son buenas porque cada familia es distinta. Si no pueden tener un juguete por problemas de plata, habrá que explicarles a los niños que no pueden tener lo mismo, que hay gente pobre que no tiene l nada y que ellos tienen suerte de tener un montón de cosas.
Otras veces la explicación será por el lado de que hay cosas que no calzan con la familia, que cada uno tiene su estilo de vida y que no nos gustan ciertas actitudes o permisos. Lo importante es siempre dar una explicación simple y concreta y estar seguros: si uno está convencido, convence.
Respecto a esos miembros de la familia que opinan sobre todo y se meten a educar a los otros, hay que hablarles claro y, con cariño, pedirles que no se metan y nos dejen a nosotros con nuestros problemas. Además, es bueno saber que la mejor forma de ayudar es con el ejemplo. Si la otra familia es alegre, obediente, ordenada, uno se pregunta por qué, se comienza a fijar y aprende.
Los mayores roces se producen, muchas veces, en los veraneos familiares. Establecer reglas claras y tener paciencia son las claves para la armonía familiar.
Situación 4: Los amigos
- "¡Todavía con chupete!", dice mi amiga cada vez que ve a mi hija de tres años. Es verdad que está grande, pero ya se le pasará. .."
- "Mira, la Isabelita, antes de los dos años ya no usaba pañales", me cuenta una amiga, pero lo que quiere decir es: "Yo lo hago todo bien".
- "Cuando me quedé esperando guagua, una amiga me contó todo lo que iba a pasar, desde las náuseas hasta las noches sin dormir cuando nació la guagua; ¡quedé plop!, y no sabía si estaba tan feliz".
Nunca va a faltar la que le sacó los pañales al año, no le costó nada que el niñito dejara el chupete, que su hija come de todo. Vive contando las maravillas de sus hijos y la miramos sin poder decir nada.
A veces nos sentimos incómodos, otras, malos padres o con hijos raros, y otras, muy molestos.
Cuando esa "amiga" aparezca, lo más importante es saber que esa lista de "records" del niño y de la madre no significan nada. En la vida nadie es mejor o peor porque se sacó los pañales al año o a los tres años, ni porque dejó el chupete antes o después. Cada niño tiene su ritmo y cada familia es distinta, lo que hay que respetar.
Muchas veces, será la vida quien nos a irá mostrando qué amigas valen la pena y cuáles no. La frívola y la negativa, no aportan mucho. Esa amiga preocupada, cariñosa, que busca ayudar de verdad, podrá darnos un consejo útil que siempre será bien recibido.
En cualquier situación, es importante tener presente que:

- Los padres son los responsables de la educación de los hijos y son ellos quienes determinan horarios, normas y el estilo de vida.
- Pero hay que oír, comparar y evaluar. Habrá veces que nos darán un buen consejo o aprenderemos con la comparación, pero siempre hay que tener presente que son los padres los que deciden y se responsabilizan por eso.
- Otras veces habrá que hacer callar, con toda tranquilidad.
- Los padres tratamos de hacerlo bien y de no equivocarnos, pero, si eso pasa, hay que sacar lo mejor de la situación y seguir adelante.
Estrategias para contestar sin llegar al conflicto
1. No lea entre líneas: todos queremos ser buenos padres y que nos vean así. Por eso, una simple sugerencia – como "no tienes que levantarlo cada vez que llore" – pede ser tomada como un ataque personal. No hay que darle más importancia de lo que se dice.
2. Asuma que un consejo amistoso no es más que eso: los abuelos, hermanos, cuñados y amigos nos quieren y por eso sólo están tratando de ayudar.
3.- Déjelos hablar: muchos se conforman con sólo dar un consejo. Otras veces, puede preguntarle por qué lo dice y así entender hacia lo que va la persona… Puede hasta terminar encontrándole la razón.
4. No se crea un sabelotodo: hay que estar abierto a que el otro puede tener razón y reconocer que tenemos dudas acerca de las decisiones que tomamos. Frases como "Yo también estoy preocupado por eso…" o "Te voy a explicar por qué actúo así" o "No estoy segura si tomé la decisión correcta", ayudan a mantener una conversación que puede ser de gran ayuda.
5. Decir lo que nos molesta: no se trata de hacer un comentario irónico o juzgar a otro, pero ser sincero y honesto. Cuando un comentario nos molestó es muy bueno decirlo para mantener una relación sana con los demás.

ATREVERSE A EDUCAR A FONDO

Educar a fondo a los hijos, para la verdadera felicidad.

Educar a fondo a los hijos, para la verdadera felicidad; programar, en cierta manera, un plan de formación y seguirlo con flexibilidad y constancia, para transmitir los valores auténticos, no es una tarea hercúlea que exija "mucho tiempo". Más bien consiste en una constante del vivir.
¿HASTA QUE PUNTO INFLUYE LA DEDICACIÓN DE LOS PADRES EN LA FORMACIÓN DE SUS HIJOS?
Wolfrang Amadeus Mozart a los siete años escribía sonatas y a los doce, óperas. Parece increíble, pero alguien lo hizo posible: su padre Leopoldo Mozart, un gran músico que sacrificó sus muchas posibilidades de éxito para dedicarse por entero a la educación del pequeño genio.
Robert Browning, cuando contaba apenas cinco años, cierto día vio a su padre leyendo un libro. "¿Qué lees, papá?". El padre levanta su mirada llena de luz y contesta: "El sitio de Troya". "¿Qué es Troya?", pregunta el niño. La respuesta no fue: "Troya es una ciudad de la Antigua Grecia. Ahora vete a jugar", sino que allí mismo, en el cuarto de estar, el padre de Robert hizo con asientos y mesas una especie de ciudad. Una silla de brazos hizo de trono y en él puso al pequeño Robert. "Aquí tienes a Troya, y tú eres el rey Príamo. Ahí está Helena de Troya, bella y zalamera (señaló a la gata bajo el escabel). Allá afuera, en el patio, ¿ves unos perros grandes que tratan siempre de entrar en la casa? Son los aguerridos reyes Agamenón y Menelao que están poniendo sitio a Troya para apoderarse de Helena…"
A los siete años, Robert leía ya la Ilíada, penetrando gracias al ingenio de su padre, con toda naturalidad, en el mundo de la gran poesía. Años más tarde sería el más importante poeta inglés de la época victoriana.
Quizá nosotros no tengamos el talento musical de Leopoldo Mozart ni el ingenio de Mr. Browning. No es indispensable, porque lo importante es que hagamos de nuestros hijos hombres y mujeres felices. Y para esto basta enseñar a ser hombres y mujeres cabales. Y esto nos es asequible, luchando por serlo nosotros.
Es significativo que el escritor existencialista Jean Paul Sartre -que a tantos ha llevado con sus escritos a la náusea del mundo y de sí mismos-, confesara que él no llegó al ateísmo por un conflicto de dogmas, sino por la indiferencia religiosa de su familia.
Afortunadamente, cabe recordar, también tantos casos como el bien conocido de la madre de San Agustín. Con su ejemplo, larga oración y penitencia hizo de un hijo a la deriva uno de los más grandes santos doctores de la Iglesia.
LA EDUCACIÓN Y EL PLUMERO
Desde luego la educación de los hijos requiere tiempo. Pero no mucho, sino todo (es una ventaja). Porque en todo momento, queramos o no, estamos enseñando cosas muy importantes a nuestros hijos, con nuestras actitudes y nuestro comportamiento ante las cosas más pequeñas de la vida cotidiana: tanto si los castigamos como si los mimamos o los divertimos; tanto si los miráramos con indiferencia como si lo hacemos con preocupación, siempre estamos enseñándo, formando o… deformando. Cabe decir: en todo momento se nos ve el plumero, es decir, la escala de valores que llevamos dentro, en la cabeza y en el corazón.
Los hijos lo perciben todo: la mirada esquiva, la sonrisa irónica al otro lado de la habitación; no digamos ya un juicio inequívoco: "la vecina del quinto es insoportable", "qué desgracia, no nos ha tocado la lotería", etcétera.
Si el padre al llegar a casa nunca dice a su hijo más que "hola", para sumergirse acto continuo en "lo suyo", está enseñando al niño de un modo tan efectivo como si se preocupara intensamente de él y le consagrara varias horas al día. Lo malo es que en ese caso, la enseñanza es negativa y deformante. Se le ve al padre la pobre idea que padece de paternidad, de filiación, de familia y de todo lo humano y lo divino. No hay que olvidar que es toda la persona del padre que educa a toda la persona del hijo.
¿QUÉ VA A SER DE NUESTROS HIJOS?
¿Qué va a ser de nuestros hijos? Es cosa clara que la educación de los hijos entraña una aventura en el más estricto sentido de la palabra. Se emprende con la ilusión de alcanzar una alta meta: la felicidad de los hijos. Pero no cabe esperar una garantía de éxito infalible, y menos un triunfo inmediato. Pero esta incertidumbre es providencial, porque impide que los padres se duerman, se aburguesen y se compliquen la vida con preocupaciones demasiado egoístas. Los padres se encuentran siempre instados a poner toda la carne en el asador, desde el primer momento al último del día.
EL NIÑO, ESE ANIMAL RACIONAL
A pesar de lo incierto del resultado, es bueno y alentador pensar que "el niño y el adolescente son animales racionales (creados a imagen y semejanza de Dios) y no hacen ni dicen nada irracionalmente (…). Desde siempre han empezado a pensar. Debemos tener muy presente esta idea. Si fallamos, seremos nosotros, no ellos. Existen caracteres más y menos dóciles, es cierto, pero las personas con más o menos docilidad -es otra cosa- son fruto directo de la educación que han recibido. Si unos hijos resultan más fáciles de educar que otros, no depende tanto de los caracteres, sino de la educación que han recibido, desde el momento de nacer (…) (EUSEBIO FERRER, Exigir para educar, Ed. Palabra, Col. Hacer familia 4, págs. 190-191).
¿QUÉ HACER CON LOS INTERMINABLES POR QUÉS?

Los niños, afortunadamente, hacen miles de preguntas (cada una de ellas es una oportunidad estimulante para la enseñanza). Cuando un niño mirando por la ventanilla del tren pregunta: "¿Por qué los alambres suben y bajan?", si se le contesta: "No me molestes", o "Eslavelocidadeltren", el niño llega a la conclusión de que las personas mayores no tienen respuestas razonables o que tienen un genio endiablado. De este modo, es natural, se desilusionan un poco del mundo y disminuye su interés por conocerlo. Cuando los niños le pregunten -dice Gilbert Highet- "¿de dónde viene la lluvia?", dígaselo, y si no lo sabe dígales eso también, que no lo sabe, y prométales averiguarlo.
Si hacen preguntas en un momento inoportuno, como cuando tratamos de hacerles dormir, se les debe decir: "Pregúntame eso mañana, a la hora del desayuno, ¿quieres?". Nunca es bueno dejar sin alguna respuesta verdadera la pregunta de un niño.
VENTAJAS DE LA MENTE INFANTIL
El niño es un gran ignorante, pero tiene la ventaja de carecer de nuestros prejuicios (escépticos, relativistas o subjetivistas). El niño es una persona, un ser racional que razona; y razona siempre, aun cuando no lo parezca. Sus antenas están siempre desplegadas, y su razón hace lo que debiera hacer toda razón: buscar razones, los porqués profundos de las cosas. El niño sabe que todo tiene una explicación, aunque no sepa cuál sea la explicación de tantas cosas concretas. Sus por qués son continuos y exasperantes… para quienes han renunciado a razonar y se conforman con verdades a medias, medias verdades, conjeturas, o incluso con opiniones tan volubles como erradas.
Si no se le facilita pronto al niño la respuesta que está al final (o al principio, según se mire) de todas las preguntas posibles -es decir, Dios-, su razón sufrirá sin duda una dolorosa insatisfacción, porque ¿cómo admitir sin artificiosos ejercicios mentales, que pueda existir algo sin causa proporcionada, sin razón de ser, sin sentido?; en otros términos, ¿cómo puede una razón sana admitir el absurdo?. El absurdo es precisamente una voluntaria renuncia a proseguir la búsqueda de la verdad acerca de alguna cuestión, es decir, su porqué radical; equivale a la parálisis responsable de la razón, quizá porque no interese la verdad, o porque no compense a la pereza mental el esfuerzo de continuar la indagación.
EL ABSURDO HACE DAÑO

Por eso admitir el absurdo hace daño a la razón, a la persona entera, porque es una gran mentira. Lo cierto es que todo tiene su porqué, al menos -y nada menos- en la sapientísima y amorosísima Voluntad de Dios.
No se trata, por supuesto, de poner a Dios como respuesta inmediata de todo cuanto sucede. Si, por ejemplo, algún conocido ha muerto, no debemos explicarlo siempre enseguida con un "porque Dios lo ha querido", porque si ha sido víctima de un atentado terrorista, es evidente que no lo ha querido Dios. Lo que sí es cierto es que el Amor de Dios a la persona, se encuentra de algún modo siempre en la explicación profunda de cuanto ha sucedido y sucede. Esto es lo que hay que aprender a explicar, no sin antes -claro es- habérnoslo explicado a nosotros mismos. Una buena educación de la mente y de la afectividad requiere hablar de Dios. "Dios debe ser un miembro más de la familia, no un fetiche al que se acude cuando hay algún peligro y que se olvida cuando éste pasó. Eso sería inventar algo más parecido al genio de la lámpara de Aladino que aceptar la realidad del Dios verdadero" (Ibid., p 208).
¿ES POSIBLE LA NEUTRALIDAD EN MATERIA RELIGOSA?

La experiencia enseña que un niño sin religión equivale a un niño-problema, ocupado de sí mismo, de sus cosas, de su egoísmo. La felicidad estriba en la generosidad, y se proyecta al futuro que salta hasta la vida eterna. Por eso, los padres que quieren la felicidad de sus hijos han de enseñarles cuanto antes la raíz de la felicidad temporal y de la plenitud de la felicidad eterna: el Amor infinito de Dios.
Las dimensiones, el relieve, la relevancia de las cosas cambia mucho si se miran a la luz de Dios o a la luz del materialismo. Por eso, en la cuestión sobre si es necesario enseñar la religión a los niños, o silenciársela, no cabe neutralidad. El silencio es una opción concretísima, de enormes, disolventes y desasosegantes consecuencias.
SI DIOS NO EXISTIESE
Hace unos pocos años había en cierto país europeo un hombre de Gobierno que declaró públicamente -y de ello se hizo eco la prensa- que le había entusiasmado una pintada que vio en un muro, que decía: "Si Dios existe, ése es su problema"; y rizando el rizo apostilló: "existirá o no, pero a mí que no me maree".
Dejando a un lado la insolente y preocupante trivialización del asunto a cargo de hombre investido de tan alta responsabilidad, cabe preguntarse si de veras es o no indiferente para la vida de cada persona en particular, y de la sociedad en general, la existencia de Dios.
Dostoiewski, el gran escritor ruso, dice por medio de uno de sus personajes: "Si Dios no existe, todo está permitido". Es claro, porque Dios es el único ser verdaderamente superior que puede exigir al hombre. Obviamente, en el todo permitido se incluiría -¿por qué no?- el terrorismo, el infanticidio (aborto procurado) y el geronticidio (matar ancianos, aunque con la mayor dulzura posible). "En efecto -tuvo que reconocer el ateo Jean Paul Sartre -, todo está permitido si Dios no existe, y por consiguiente el hombre se encuentra abandonado porque no encuentra en él ni fuera de él, dónde aferrarse".
Es claro que si Dios no existe, no hay Absoluto: ni principios absolutos, ni derechos absolutos; todo es relativo, y el bien y el mal moral no pasan de ser palabras huecas. ¿No plantea esto ningún problema a todo ser humano inteligente? ¿Da igual que haya o no haya Dios?¿Se vive igual cuando se sabe que Dios existe que cuando se niega? ¿No es evidente la gran sima que se abre entre el supuesto mundo encapsulado en sí mismo, sin autor, rodando a su aire, hacia su suerte fatal y el mundo realmente creado y cuidado por Dios?
SIN DIOS, LA SELVA
"Haz el mal, verás como te sientes libre", dice uno de los héroes de Sartre, en Le Diable et le bon Dieu. Sin Dios no hay posibilidad de fundar sólidamente valores éticos para el hombre o la sociedad. Sólo cabe la ley del más fuerte. "Puesto que yo he eliminado a Dios Padre -sigue Sartre-, alguien ha de haber que fije los valores. Pero al ser nosotros quienes fijamos los valores, esto quiere decir llanamente que la vida no tiene sentido a priori". En rigor, para el ateísmo "no tiene sentido que hayamos nacido, ni tiene sentido que hayamos de morir. Que uno se embriague o que llegue a acaudillar pueblos, viene a ser lo mismo; el hombre es una pasión inútil"; y el niño "un ser vomitado al mundo", "la libertad es una condena" y "el infierno son los otros".
El Premio Nobel, agnóstico, Albert Camus reconoció que "si no se cree en nada, si nada tiene sentido y si en ninguna parte se puede descubrir valor alguno, entonces todo está permitido y nada tiene importancia. Entonces no hay nada bueno ni malo, y Hitler no tenía razón ni sinrazón. Lo mismo da arrastrar al horno crematorio a millones de inocentes que consagrarse al cuidado de enfermos. A los muertos se les puede hacer honores o se les puede tratar como basura. Todo tiene entonces el mismo valor…" En este caso, ya no se divide el mundo en justos e injustos, sino en señores y esclavos. El que domina tiene razón". Es la ley de la selva. Y el héroe así concebido es Sísifo, el hombre que se mofa de los dioses, menosprecia su propio destino, mira estúpidamente cómo una y otra vez se le cae el peñasco que había empujado hasta una cima, y torna a subirlo, sin saber por qué, sin lograr nunca una finalidad, un sentido.
LA LUZ GOZOSA DE LA FE
En cambio, quien tiene fe en Dios Padre Todopoderoso, por mal que se le den las cosas siempre tendrá la posibilidad de venirse arriba, de enriquecer su corazón incluso con el amor a sus enemigos -porque verá que también son hijos de Dios-, y de vivir una alegría íntima que nada ni nadie, pase lo que pase, pueden arrebatar.
CUIDADO CON EL CUELLO DE LA BOTELLA
Tampoco se trata de atosigar al niño con lecciones profundas incesantes. La mente del niño se ha comparado al cuello de una botella: si se intenta meterle gran cantidad de licor en poco tiempo, se derrama y desperdicia; en cambio, gota a gota, despacio, pero con constancia, pronto se llena y va asimilando sabiduría.
LA CONTRAEDUCACIÓN Y LAS COSAS PEQUEÑAS
El mal se suele difundir ordinariamente por medio de cosas pequeñas. Lo virus, las bacterias nocivas se instalan en los buenos alimentos. No dar importancia a pequeños detalles de higiene puede acarrear graves enfermedades. La "contraeducación" promovida por ciertos -abundantes- medios de comunicación social muchas veces es subliminal, a base de indirectas, insinuaciones, pequeñas ironías aparentemente inofensivas, pero que dividen, destruyen un afecto hacia los padres, la fe en Dios, la fidelidad a un amor importante.
La solución de los grandes males -el peor de nuestra época es la indiferencia religiosa- se encuentra muchas veces en el cuidado de cosas pequeñas, aparentemente insignificantes, en la vida de familia. El breve comentario o la sonrisa laudatoria que despierta el amor a lo bueno y noble y lo discierne de lo zafio y vil. La ayuda para rezar las oraciones diarias. La bendición de la mesa. El empeño por conseguir, a pesar de algún sacrificio, rezar el Rosario en familia (explicando por qué). Ir juntos -y elegantes- a Misa, ocasión de comentar alguna de las grandes maravillas que encierra tan gran misterio. Dar gracias después de la Comunión, etcétera.
Vale la pena meditar esta poesía de Juan Bárbara: "Dichoso el niño/ que al oir que Dios baja a la mesa,/ sorprende en su padre la pupila grave/ pendiente del misterio,/ no perdida en desconches y vidrieras;/ y percibe,/entre los femeninos gestos de su madre,/ esa seguridad de hablar con alguien./ Qué rica herencia,/ si no sufre el desmentido de la vida,/ salir a contemplar desde el origen/ la variable irisación del mundo"
Estar educando de continuo no es una forma angustiosa de vivir, sino un estímulo de superación constante, un deporte superior, en el que tampoco importa demasiado que haya altibajos de forma, sino la voluntad inquebrantable de mejorar la calidad de vida espiritual propia, con vistas a enriquecer la de toda la familia. Y, como en la vida de un buen deportista, como en la vida de un buen cristiano, habrá derrotas y momentos en que parecerá que todo se ha perdido, pero enseguida se redescubrirán en el último Porqué sobradas razones para proseguir con esperanza hasta el fin de la prueba. Así, en todo caso seremos vencedores.

EL HIJO MAYOR

Como el arado abre surcos, el primogénito abre terrenos jamás pisados por él y por sus padres. Y aunque cueste, hay que evitar que con ese hijo se cumpla el refrán: `echando a perder se aprende".

Aseguran los especialistas que los primogénitos son los hijos con mayor riesgo psicológico. Absurda idea, piensan los padres y sobre todo los hermanos menores. Si nos atenemos a ciertos hechos anecdóticos, el hijo mayor pareciera ser un privilegiado: acapara casi todos los álbumes de fotos y filmaciones familiares, muchas veces el nombre de uno de sus papás y se da el lujo de mandar a los más chicos.
Pero estas ventajas no son más que aparentes. La realidad es que el hijo mayor está determinado por una cuestión que por más obvia que sea, no deja de ser crucial: es el primer hijo de unos padres que nunca han ejercido como tal antes. En otras palabras eso significa que el primogénito es el depositario de las expectativas familiares ?tiene todos los ojos puestos sobre él? y que los padres ante él se encuentran, frecuentemente, sin saber cómo hacerlo.

NO ES FÁCIL SER PAPÁ
Aprender a ser padres, significa sin duda, equivocarse y corregir. Los padres primerizos son lo que la psicóloga Beatriz Zegers llama "ambivalentes, cambiantes, poco consistentes". Eso hace que los hijos mayores sean más vulnerables y ansiosos porque una regla básica de la educación es que a mayor claridad de los padres, menor es el nivel de angustia.
El primogénito va rompiendo camino para avanzar en el ciclo de la vida, y con cada paso cuestiona y desafía a los padres a dar una respuesta nueva y adecuada. No es sencillo pasar de papá de un escolar a uno de adolescente. Por ejemplo, decidir el primer permiso para que ese hijo ande solo.
El hijo mayor pone a prueba a los padres, abre camino, sienta los precedentes para la educación de sus hermanos y él se da cuenta de esto.

ERRORES CLÁSICOS

Lucirlo como trofeo:
Con su natural regocijo los padres se olvidan de respetar el ritmo de desarrollo del niño. Quieren que camine a los diez meses, para que controle antes los esfínteres lo sientan desde los ocho meses en el baño y lo sobreestimulan para que los nombre lo antes posible. Además se entabla una absurda competencia con otras madres. Sería adecuado entender que el niño no es un objeto de vanagloria.
Infantilizarlo:
El mayorazgo ?es decir, los privilegios del primero por ser el mayor? está cada vez más de capa caída, lo que no deja de ser positivo. Lo negativo es que se lo ha reemplazado por una dificultad de los padres para aceptar que el primogénito es más grande y está en otra etapa que los otros hermanos. Un típico error es tratarlo como niño chico para no hacer diferencia con los otros. Por ejemplo, no dejarlo ver televisión o acostarlo a la misma hora que los menores. Lo justo en este caso es diferenciarlo de sus hermanos.
Asumir de padre:
Es lo que Beatriz Zegers llama la "parentalización". El niño impulsado por los padres empieza a asumir como papá y mamá frente a sus hermanos menores, sobre todo en familias largas con la idea de aliviar de trabajo a la madre. Con este molde, los hijos mayores son sobreadaptados o sobremaduros, dicho de otro modo, personalidades muy exigentes y de gran responsabilidad. Les cuesta reconocer debilidades y agobios y en el futuro pedirán ayuda muy a último momento.
El hijo mayor puede y debe ayudar siempre que no se barra con su individualidad ni que sea un sustituto del padre. Ningún hermano tiene la obligación de hacerse cargo en forma permanente de otro, salvo casos extremos de orfandad o abandono.
Sobredimensionar su rendimiento académico:
Generalmente los niños responsables, autoexigentes y que no expresan sus necesidades afectivas, se asocian a altos niveles de rendimiento académico. En resumen, muchos primogénitos son "ideales". Pero eso no asegura el equilibrio emocional porque viven para los demás y de lo que los demás piensan. Su seguridad afectiva la basan en el éxito intelectual-profesional acarreando en el fondo grandes problemas de autoestima.
Mejor sería relajarlos en su rendimiento escolar y hacerles ver cuánto se los quiere por otras cualidades como sencillez o alegría.

UN FACTOR DESEQUILIBRANTE
Los abuelos suelen ser factor de rivalidad entre los nietos. Generalmente sus ojos son el mayor. ¿Quién no ha escuchado a un abuelo señalar que está en su derecho el tener preferencias?
Es cierto que en su corazón pueden tener mayores aveniencias por el mayor, pero ojalá tomaran conciencia que sus preferencias absolutas por el mayor son fuente de hostilidad y conflicto entre los hermanos. Además los padres al tratar de compensar esta preferencia se vuelcan a los otros hijos. Los abuelos establecen así una cuña en la familia desequilibrando a los propios padres. Puede ser entendible que los abuelos tengan más cariño por alguno de sus nietos, pero nunca es aconsejable que eso se exprese.
Aunque no se puede generalizar, es común que los hijos mayores sean muy obedientes, responsables y atentos, y en su defecto, poco espontáneos, originales y creativos. A decir verdad, Beatriz Zegers señala que los mayores crecen con cierto temor, que no perciben hasta que son adultos. Temor de no cumplir cabalmente con todas las expectativas de unos, padres que lo adoran y que han hecho "todo" por él.
De alguna forma esto se ve reflejado a la hora de elegir alguna carrera profesional. Como muchos llevan el nombre del padre, se niegan a seguir su misma carrera, sobre todo cuando son hijos de padres "brillantes". No quieren tener los mismos profesores que los marcarán desde el comienzo esperando que sean como su progenitor. Por eso es normal ver a hijos mayores patalear un buen tiempo antes de aceptar su camino.
¿Y qué pasa si "fracasan" en sus estudios? Si hay padres con altas expectativas el fracaso es muy doloroso para el hijo. Además los padres cargan en el primogénito el peso y la responsabilidad del ejemplo. "¿Cómo quieres que te financiemos un cambio de carrera? Así el resto de tus hermanos tendrá más adelante el mismo derecho", espetan los padres. Las relaciones se vuelven conflictivas.
El hijo mayor pasa a ser una especie de termómetro de la educación que se dio a los demás. Si no resultó, son un fracaso como padres y si resultó, un éxito.

"MAYOR, FELIZ Y REALIZADO"

Como los hijos mayores se sienten exigidos, pero a la vez muy queridos ?y de hecho lo son? generalmente cumplen con las expectativas de sus progenitores. Se convierten en buenos alumnos y mejores profesionales, lo que les da gran seguridad en si mismos. A la vez tienen toda la materia prima para constituirse en maridos y padres dedicados y responsables. Es bastante común que ellos cuando se casen construyan una familia sana y estable, lo que sumado a un buen trabajo ?ambas situaciones logradas con su esfuerzo? hacen que este primogénito una vez crecido y con hijos propios se convierta en un hombre realizado y feliz.

EL ESPEJO DE LA VIDA

MURIÓ LA PERSONA QUE IMPEDÍA TU CRECIMIENTO,
Un día, cuando los empleados llegaron a trabajar, encontraron en la recepción un enorme letrero en el que estaba escrito:
"Ayer falleció la persona que impedía el crecimiento de Usted en esta empresa. Está invitado al velorio, en el área de deportes".

Al comienzo, todos se entristecieron por la muerte de uno de sus compañeros, pero después comenzaron a sentir curiosidad por saber quién era el que estaba

Impidiendo el crecimiento de sus compañeros y la empresa.

 ¡ La agitación en el área deportiva era tan grande que fue necesario llamar a los de seguridad para organizar la fila en el velorio.

 Conforme las personas iban acercándose al ataúd, la excitación aumentaba:

¿Quién será que estaba impidiendo mi progreso? ¡Qué bueno que el infeliz murió!!

Uno a uno, los empleados agitados se aproximaban al ataúd, miraban al difunto y tragaban seco. Se quedaban unos minutos en el más absoluto silencio,
como si les hubieran tocado lo más profundo del alma.

Pues bien, en el fondo del ataúd había un espejo, ...cada uno se veía a si mismo.... con el siguiente letrero:

"Sólo existe una persona capaz de limitar tu crecimiento: ¡TU MISMO"!

Tú eres la única persona que puede hacer una revolución en tu vida.

Tu eres la única persona que puede perjudicar tu vida, y tu eres la única persona que se puede ayudar a si mismo.

TU VIDA NO CAMBIA CUANDO CAMBIA TU JEFE, CUANDO TUS AMIGOS CAMBIAN, CUANDO TUS PADRES CAMBIAN, CUANDO TU PAREJA CAMBIA.

TU VIDA CAMBIA, CUANDO TU CAMBIAS,

ERES EL ÚNICO RESPONSABLE POR ELLA.

"EXAMÍNATE.. Y NO TE DEJES VENCER"

"El mundo es como un espejo, que devuelve a cada persona, el reflejo de sus propios pensamientos. La manera como tu encaras la vida es lo que hace la diferencia".

EL ZAPATERO

Dios entró en la tienda le dijo: soy tan pobre que no tengo ni siquiera otras sandalias; y como ves están rotas e inservibles. ¿Podrías tú reparármelas por favor?, no tengo dinero aquí, pero te puedo dar lo que quieras si me las arreglas.

El zapatero con mucha desconfianza dijo: ¿Me puedes dar tu el millón de
dólares que necesito para ser feliz?

Dios le dijo: Te puedo dar 100 millones de dólares. Pero a cambio me debes
dar tus piernas...

El zapatero dijo: ¿Y de que me sirven los 100 millones si no tengo piernas?

Señor volvió a decir: Te puedo dar 500 millones de dólares, si me das tus
brazos.

El zapatero respondió: ¿y que puedo yo hacer con 500 millones si no podría
ni siquiera comer yo solo?

El Señor habló de nuevo y dijo: Te puedo dar 1000 millones si me das tus
ojos.
El zapatero solo dijo: ¿Y dime; que puedo hacer yo con tanto dinero si no
podría ver el mundo, ni poder ver a mis hijos y a mi esposa para compartir
con ellos?

Dios sonrió y le dijo: Ay hijo mío, como dices que eres pobre ¿; si te he
ofrecido ya 1600 millones de dólares y no los has cambiado por las partes
sanas de tu cuerpo! Eres tan rico y no te has dado cuenta

Sólo pensemos hoy en todo lo que podemos agradecer a Dios, y démosle gracias
pues es El quien nos ha dado la salud. No pidamos tanto dinero, pues es mejor tener todo nuestro cuerpo sano a tener todo el dinero del mundo.

COMO EXPLICAR A UN NIÑO TEMAS DIFICILES

Muchos padres no encuentran las palabras necesarias para explicar a sus hijos asuntos tan complejos como la muerte, el dolor, la violación, la prostitución. Aprende cómo explicarlos.
Muchos padres no encuentran las palabras necesarias para explicar a sus hijos asuntos tan complejos como la muerte, el dolor, la violación, la prostitución, el homosexualismo.
Aquí les entregamos un resumen de explicaciones apropiadas para un niño de siete años, que a la vez nos sirven para reafirmar nuestras propias creencias.

ENFERMEDAD, DOLOR Y MUERTE

“¿Por qué murió la mamá de mi amigo?"
Cuando un ser querido sufre por los dolores de una enfermedad o cuando muere alguien a quien se ama mucho, el hombre se pregunta: ¿por qué existe el padecimiento?, ¿por qué no vivimos en un mundo donde nadie sufra? Muchas veces, incluso, la realidad del dolor y la muerte nos sorprende porque vivimos en una época donde la medicina ha progresado mucho y las guerras -por lo menos en esta parte del planeta- no azotan a las familias como antes. Pero no debemos jamás olvidar esta verdad: todos moriremos y debemos confiar en que la muerte llegará en el mejor momento para cada cuál, aunque nos cueste aceptarlo.
El padecimiento personal -por dolor o enfermedad- debe ser entendido como una oportunidad de cambio, como un golpe duro que permite darse cuenta de muchas cosas, de valorar a las personas y a los bienes materiales con otra medida. El dolor permite transformarse. Por eso, las personas que logran sanar después de una enfermedad larga y dolorosa dicen que gracias a ella aprendieron a mirar el mundo con otros ojos: menos materialistas, mucho más humanos.
Por otra parte, si el mundo fuera perfecto y no existiera el sufrimiento, los seres humanos no tendrían nada que superar. Su vida se reduciría a la inutilidad absoluta. El hecho de tener que salir a trabajar para ganar dinero y comprar comida es una forma de evitar un dolor: el hambre. La muerte, en este contexto, es un plazo que nos fuerza a aprovechar la vida para sacar de ella lo mejor.
Del dolor muchas veces nace el amor. El parto, el dar vida a otro ser, sólo puede ser posible a través de él. Así, a lo largo de la historia, el amor siempre ha vencido al odio que provoca sufrimientos.
Cuando hay más dolor en el mundo, los seres humanos tienden a sacar de sí un enorme potencial de amor. Por eso, no debe extrañarnos que ese niño o niña que ha perdido a su padre o a su madre, saque de sí una madurez muy grande y un potencial de afecto insospechado.
Cuando alguien muere, sus familiares y amigos sufren por la separación. Se rebelan contra la muerte. Sin embargo, hay que pensar que la muerte es la separación del cuerpo y del alma. El cuerpo, por ser material, se desgasta, se corrompe como todo lo compuesto de materia. El alma, que no es material, jamás muere, sigue existiendo y por eso, cuando llega el momento de que el cuerpo vuelva a la tierra, el alma vuelve junto al Creador. Comienza una nueva etapa, una vida sin fin.

EL FRACASO
"Mi papá ha perdido su trabajo…”

En primer lugar hay que recordar que los hombres somos seres humanos y no dioses. Por eso, las cosas no siempre nos resultan como quisiéramos. Podemos fallar, pero tenemos que tener claro que cuando se fracasa no se pierde absolutamente nada de nuestro ser: seguimos siendo hombres capaces de emprender. Muchas veces, cuando todo resulta bien, se empieza a confiar excesivamente en las propias capacidades. Si las notas del colegio son muy buenas, se cree que es gracias a la inteligencia y no al esfuerzo. Entonces una mala nota puede venir "de perilla" para volver a tomar el correcto camino y dejar de autovalorarse.
- El fracaso tiene dos aspectos que vale la pena considerar:
· Puede dar nuevas fuerzas para empezar otra vez una tarea que no resultó.
· No se sabe si el fracaso traerá sólo consecuencias negativas. Puede traer ocultas muchas cosas positivas que en el momento mismo no se perciben, porque se está cegado por la pena o la rabia de haber fallado.
También hay que entender que si no se fracasara jamás, no se necesitaría tampoco la ayuda de los demás. Serían todos los seres humanos autosuficientes y quizás, serían innecesarias las familias. Al no conocer el fracaso, sería difícil comprender y ayudar al que fracasa. Por esta razón, en la adolescencia se es muy duro para juzgar: no se perdona con facilidad el error ajeno. Esto es porque se ha fracasado poco. Cuando se es mayor, se comienza a ser más indulgente, a perdonar con más soltura porque ya se ha probado en carne propia el error.
Hay un solo fracaso: cuando el hombre no quiere seguir luchando, cuando la persona se cansa de perseguir ideales, cuando renuncia a la capacidad de combate que es propia del ser humano. Cualquier otro fracaso es simplemente una piedra en el camino, que puede servir para vencer obstáculos más grandes del futuro.

LA POBREZA Y LA RIQUEZA

“¿Por qué hay niños que no tienen qué comer y otros, que botan la comida?"

Los bienes de la tierra como todo lo que está al alcance del hombre, pueden ser bien o mal usados. El hombre necesita de las cosas materiales porque en sí mismas son un bien que le permite vivir.
El hombre tiene derecho a un mínimo bienestar para él y su familia y, lamentablemente, existen muchas personas que no lo tienen. ¿Por qué? Porque el hombre puede caer en un uso egoísta de los bienes, dejarse invadir por un deseo de tener y tener más, descuidando el bienestar ajeno. Así surgen las desigualdades sociales que son un gran mal para la convivencia de los hombres, porque generan resentimientos, guerras y dolor.
La frase "pobres han existido siempre" no vale como justificativo para cruzarse de brazos, aunque también es ilusorio pretender una igualdad absoluta: hay personas que como fruto de su esfuerzo lograrán más que quien se "duerme en los laureles". Es indispensable que los adolescentes lo sepan para que en su natural afán de corregir el mal no caigan en la condena rápida de los que tienen más. Si bien hay personas que se han enriquecido de mala manera, hay muchas más personas que han creado y siguen creando fuentes de trabajo para los demás pagando sueldos justos y preocupándose del bienestar de quienes trabajan bajo su jerarquía.
El hijo está en edad de entender la pobreza como una responsabilidad personal y no sólo como responsabilidad de un tipo de gobierno o de las instituciones de beneficencia. Al niño hay que educarlo desde pequeño para que no se amarre a las cosas materiales, para que no mire con envidia, codicia o desprecio al del lado.
Si desde pequeño aprende a amar la sobriedad y el desprendimiento, entenderá en el futuro que su trabajo es la mejor forma de contribuir al mejoramiento material de la vida de sus semejantes.
El afán de riqueza daña desde dos ángulos: hace esclavo de lo material y por lo tanto, quita libertad; en segundo lugar, priva de la alegría de compartir. El dinero debe ser usado con mucho respeto, jamás derrochado y siempre bien empleado porque representa el trabajo del hombre.
EL DRAMA DE LA PROSTITUCIÓN

"Esa mujer que se acerca a los autos, ¿quién es?"

Durante toda la historia de la humanidad han existido personas que comercian con cosas "nobles", entendiendo por éstas, cosas que no tienen precio, como el amor, la libertad, la paternidad. Tal es el caso de la prostitución: el comercio del cuerpo humano como instrumento de placer.
Lo negativo de la prostitución es doble: por una parte, rompe el vínculo del sexo con el espíritu, del sexo con el amor, con lo cual se rebaja la sexualidad a un plano puramente instintivo, equiparando al hombre con los animales. Por otro lado, convierte a la persona en un objeto de placer y la priva de su dignidad.
La prostitución, por esas razones atenta contra la naturaleza del hombre y de la mujer: ambos rebajan el amor, ambos niegan su capacidad de expresar amor a través del cuerpo. Pero además, la prostitución es un drama social: un mal de la sociedad frente al que no podemos limitarnos a condenar frívolamente.
Es triste que algunas personas se ganen la vida vendiendo su cuerpo y más triste es que existan hombres que compren una versión rebajada y deteriorada del sexo. Aunque a veces algunos cuenten sus "hazañas" para despertar admiración entre quienes los escuchan, en el fondo, ellos van un paso más atrás que los que reservan su cuerpo para el amor, porque ya han privado al sexo de una de sus principales características: el ser un medio de expresar algo tan profundo como el sentimiento.
No es más hombre el que más usa el cuerpo, porque cuerpo tienen todas las bestias del reino animal.
Es más hombre el que usa la voluntad, que es característica exclusiva de la raza humana.

EL ABUSO DE LA VIOLACIÓN
Lo leí en el diario, ¿qué significa?"
 Violar significa abrir sin permiso algo de otra persona y sacar, robar lo que había allí guardado. Algo reservado. Por eso, cuando se dice que un hombre ha violado a una mujer es porque ese hombre ha pasado por encima de los deseos de ella, tomando su cuerpo para satisfacer sus propios y egoístas impulsos.
Una persona que tiene orden afectivo, orden en su forma de expresar amor, es incapaz de cometer algo semejante, porque asocia el sexo con el amor. Pero si la persona crece en un ambiente donde ve el sexo como una forma de satisfacer los impulsos del cuerpo, se puede llegar a ser un esclavo de las sensaciones.
El hombre y la mujer fueron creados con la capacidad de amar, de unirse físicamente para expresar algo muy profundo que emana del espíritu. El hombre que viola a una persona, fuerza su cuerpo y pisotea su espíritu. El daño que le provoca es físico y emocional: le priva de su deseo de reservarse y ser exclusivamente del hombre amado.
Al violador hay que mirarlo como a alguien débil, incapaz de sentir la felicidad de la entrega amorosa. Está cercano al animal, que busca sólo la satisfacción física y es cobarde porque se aprovecha de su fuerza.

HOMOSEXUALIDAD Y LESBIANISMO

"Hoy, se acercó un hombre y quería sacarnos una foto y…..
Se llama homosexual al hombre que en vez de unirse a una mujer para formar una pareja, se une a otro hombre. Se llama lesbiana a la mujer que en vez de unirse a un hombre para amarse y tener hijos, se une con otra mujer. Así como la prostitución es el comercio del cuerpo y la masturbación es el amor volcado sobre sí mismo, la homosexualidad y el lesbianismo son desviaciones antinaturales del objeto del amor. Tan antinaturales son que van contra el orden impreso en el cuerpo, contra las formas anatómicas del hombre y de la mujer. El hombre fue creado para unirse a la mujer y los complejos sistemas reproductivo, digestivo, circulatorio… del cuerpo humano, están ordenados a ese fin.
La unión de dos seres del mismo sexo no es natural desde este concreto punto de vista.
La homosexualidad y el lesbianismo son una realidad que se da en el mundo por un sinfin de razones: tristes algunas, repudiables otras.
Hoy, los homosexuales y las lesbianas quieren tener acceso al "matrimonio" y piden que sus uniones sean reconocidas por la sociedad. Pero, ¿puede tener derecho algo que va contra la naturaleza humana?
No se puede juzgar frívolamente a quien padece este tipo de desviación. Hay que tener presente que siempre hay una causa que da lugar a ella.

AUTONOMIA, QUIERO MI LIBERTAD. (hijos y educacion)

Según crece, un niño pide y logra autonomía. Para saber cuando ir soltando la mano, es necesario probar sus grados de responsabilidad.
Si hasta hace poco nuestro hijo o hija se divertía inocentemente con el balde de arena en el jardín de la casa, a la vista de la mamá y los hermanos, es precisamente a esta edad, alrededor de los siete años, cuando él o ella comienzan a pedirnos continuamente “permisos” que los alejan de nuestro cuidado visual.
Quizá sea durante este verano, por ejemplo, que pida algunas nuevas libertades: irse con amigos de excursión, quedarse hasta más tarde en la playa con ellos, andar en bicicleta con los otros niños por el barrio…
¿Debemos dejarle? Todo depende de la madurez de nuestro hijo, por supuesto, pero un niño o una niña entre los siete y los diez años está en un período apropiado para ir adquiriendo más autonomía, a la vez que más responsabilidad y madurez. Dentro de poco será adolescente y sería muy bueno que para entonces hubiese aprendido a responder por sus actos.

¿LO DEJO O NO?

La teoría quizás sea muy fácil: el hijo o la hija han de tener la oportunidad de emprender más iniciativas por sí mismos. Pero, ¿cómo la llevamos a la práctica? Poco a poco. Es decir, un día pretenderá irse en bicicleta solo con los amigos por el campo. Le diremos que no se meta por el barro. Si cuando vuelve está relativamente limpio y la bicicleta también, nuestro hijo está preparado para dar otro paso más en la adquisición de libertades.
Casi podemos decir que se trata de un círculo vicioso (en este caso virtuoso). Hemos de conceder a nuestro hijo la debida autonomía, siempre y cuando sepamos que podemos confiar en él. Esto, a su vez, le hará ser más responsable y madurar, pues se dará cuenta de que nosotros confiamos en él y no querrá defraudarnos. Y, por eso, estará preparado para recibir un nuevo grado de autonomía.

CONFIAMOS EN ÉL
Es necesario insistir en la idea clave de la confianza. Sabemos que podemos confiar en nuestro hijo y por eso lo dejamos irse de paseo, o a la piscina con el hermano mayor de uno de sus amigos. Y el hijo, que se da cuenta de que sus padres confían en él, será más responsable y merecerá que le demos más libertades en ocasiones posteriores.
De este modo, cuando lo que nos pida sea una locura, o dudemos de si está maduro para ello, le negaremos el permiso. Pero siempre hay que hacerlo razonando los por qués. No es bueno para él que le demostremos desconfianza.
Hay que dejarle claro que nos negamos por razones objetivas, externas al niño o niña: "No puedes ir a nadar al río porque hay corriente".

APRENDER DE LOS ERRORES

A veces, habrá que hacerse el distraído, exponerse a ser engañado en cosas de poca importancia (con una ingenuidad sólo aparente), antes que mantener ante los hijos una actitud de desconfianza o de recriminación constante.
Hay que crear un ambiente de libertad en el que nuestro hijo se sienta a sus anchas, aunque también perciba que el control existe. Así, el buen ejemplo rendirá sus frutos. Habrá que desechar las sospechas injustas, y la confianza ayudará a que se duela sinceramente cuando defraude a sus padres.
Por eso, a veces no importa dejar que nuestro hijo se equivoque, porque de los errores también se aprende y quizá más. Si no existen peligros serios, es bueno que afronte por sí mismo las contrariedades.

PODEMOS ESTAR TRANQUILOS
Nuestro hijo en esta etapa no es tan chico, pero tampoco tan grande. Hay una serie de condiciones que deben cumplirse antes de que les demos libertades, especialmente en verano:
- Hemos de extrañarnos cuando nos pida algo que suponga no venir a almorzar, o llegar más tarde a comer. Hay que respetar los horarios familiares y si no se levanta temprano ni cumple con su encargo en la casa, quizás no se merezca que le demos esa autonomía.
- Confiamos en el niño, pero estaremos más tranquilos si cuenta con naturalidad en la casa lo que hace con los amigos en su tiempo libre, sin omitir ni mentir. En caso contrario, si esconde algo, probablemente no sea nada bueno.
- Que nuestro hijo vaya en grupo con sus amigos nos da más seguridad, sobre todo si los conocemos a todos y podemos confiar también en ellos. Además, es bueno estimular a nuestro hijo y a sus amigos para que se junten con sus hermanos o primos mayores.

CUIDADO CON LOS EXTRAÑOS
Un niño o niña de siete a diez años ya puede comprender que debe cuidarse de los extraños y que hay personas malas por el mundo. Debe saber que no tiene que hacerles caso ni permitir que se le acerquen a hablar. Así nos ahorraremos sustos y preocupaciones. Del mismo modo, también podemos explicarle las normas de seguridad vial, porque no estaremos con él en todo momento para cruzar la calle.
Una condición básica es conocer siempre donde está el hijo, aunque no lo veamos. Puede desaparecer después de tomar desayuno hasta la hora de almorzar, pero sólo si sabemos que está en casa de su amigo.
Del mismo modo, es mejor que se diviertan en espacios seguros o cerrados como un condominio, el camping donde estamos, una asociación juvenil o club deportivo. El entorno conocido y con acceso controlado da seguridad.

METAS POSIBLES

- Reflexionar si le estamos dando alguna responsabilidad al niño o niña en la casa (regar el jardín, cerrar las persianas, llevar la ropa sucia al lavadero). En caso contrario, puede ser ya hora de que ayude para que sepa lo que es responder por algo.
- Cuando pida permiso, demostrar siempre que confiamos en él, aunque haya que denegárselo porque se trata de algo peligroso.
- Si lo que nos pide es una locura, procurar justificar el “no” con razones objetivas.
- Para que aprenda a valerse por sí solo, podemos dejarle ir de paseo o de gira deportiva con personas de confianza y sin separarse del grupo.
- A veces, podemos recortar la libertad de nuestro hijo por miedo a que se equivoque. Pero de los errores también se aprende, y quizás más.
- Para darle a nuestro hijo la oportunidad de demostrar que confiamos en él, podemos hablar con las mamás de sus amigos para que vayan cada vez a una casa distinta a jugar. Así, sin sus padres cerca, tiene más libertad, pero sigue vigilado. La madre "anfitriona" tendrá que aceptar por esa tarde un trabajo extra.

70 MENTIRAS UNIVERSALES

El que esté libre de culpa, que tire la primera piedra.

1. Este año sí me pongo a estudiar.

2. La última y nos vamos.

3. Justo estaba por llamarte.

4. Jamás me vuelvo a emborrachar.

5. ¿¿YO?…Con esa??…NUNCA!!

6. El profe me tiene mala voluntad

7. ¿¿Yo te debo??…ni me acordaba.

8. Es culpa del árbitro.

9. Ando con ella sólo para pasar el rato…

10. Mañana te pago.

11. Te juro que te lo mandé.

12. No, no;…yo te llamo.
 
13. Ayer estaba enfermo.

14. Se me perdió tu teléfono.

15. Veo si tengo correo y me desconecto.

16. Sí, el carro es mío.

17. Justo estaba pensando en ti.

18. Sólo somos amigos.

19. Se cayó solo y se rompió.

20. ¡¡¡Pero si yo estudié esta vez!!!

21. ¡Me gustaste desde la primera vez que te vi!

22. ¡Sí, sí! ya voy…

23. Tuve un problema familiar, entiéndame, profesor.

24. Te llamo en 5 minutos, ¿sí?

25. Vente más tarde porque ahora voy a salir

26. Si, ya le dije.

27. Mil gracias, pero tengo una migraña terrible…

28. Todavía no he cobrado.

29. ¡Te queda súper bien!

30. ¡Claro que el cheque tiene fondos!

31. Te juro que no se lo voy a contar a nadie.

32. El lunes empiezo la dieta.

33. ¿Cómo que no pasó el depósito? ¡Si ayer en la tarde hice la transferencia por Internet!

34. Préstamelo y mañana te lo devuelvo.

35. Me iba a comprar uno de este año, pero este del \\’89 me gustó más.

36. Tienes los ojos más bonitos que vi en mi vida.

37. ¿Yo?..Ir a esos lugares?… ¡nunca!

38. Sí, choqué, pero la culpa la tuvo el otro.

39. Borracho lo que se dice borracho nunca estuve… sólo un poco alegre.

40. Sólo me tomé tres copas

41. No, no tengo teléfono… pero dame el tuyo que yo te llamo.

42. Te estuve llamando, pero sonaba ocupado.

43. Qué pena que no fuiste, en toda la reunión nos la pasamos hablando de ti.

44. En cinco minutos estoy con ustedes

45. Te juro que nunca lo pensé.

46. Señoras y señores: Seré breve…

47. Por favor….yo soy una persona decente.

48. Lo que sea tu voluntad.

49. Jamás te olvidaré.

50. Llámame en cinco minutos que estoy en una reunión.

51. Vengo tarde porque estuve en la biblioteca.

52. De aquí hasta la eternidad.

53. ¡¡¡No nos ganan!!!

54. ¡Oh…! No me di cuenta.

55. Yo tengo un tío en la policía.

56. Me quedé a dormir en la casa de un amigo(a)

57. La cuarta ronda ¡¡¡la pago yo!!!

58. Mañana te traigo tus CD\\’s…

59. Me voy… ¡que tengo clase!

60. Te debo tu regalo.

61. Dame tiempo…

62. Se me perdió tu correo, a ver, dámelo.

63. Yo, ¿cumbia y salsa?… ¡¡¡¡¡POR FAVOOOOOR !!!!

64. Ve con calma, yo te cuido a tu chica.

65. Yo a ella la veo como amiga.

66. Yo y mi ex ahora somos amiguísimos.

67. Cuando me case nunca más voy a mirar a otra.

68. ¿A esa? Ni borracho.

69. Estoy confundido (eso tiene nombre y apellido)

70. No eres tú, soy yo

EL REFLEJO DE TUS ACTOS

No eres responsable de la cara que tienes, eres responsable de la cara que pones.

Se dice que hace tiempo, en un pequeño y lejano pueblo, había una casa abandonada. Cierto día, un perrito buscando refugio del sol,
logro meterse por un agujero de una de las puertas de dicha casa.

El perrito subió lentamente las viejas escaleras de madera. Al terminar de subirlas se topó con una puerta semi-abierta; lentamente
se adentro en el cuarto. Para su sorpresa, se dio cuenta que dentro de ese cuarto habían 1000 perritos más, observándolo tan fijamente
como él los observaba a ellos.

El perrito comenzó a mover la cola y a levantar sus orejas poco a poco. Los 1000 perritos hicieron lo mismo. Posteriormente sonrió y
le ladró alegremente a uno de ellos. El perrito se quedó sorprendido al ver que los 1000 perritos también le sonreían y ladraban
alegremente con él. Cuando el perrito salió del cuarto se quedó pensando para si mismo: "¡Qué lugar tan agradable... voy a venir más
seguido a visitarlo!"

Tiempo después, otro perrito callejero entró al mismo sitio y se encontró en el mismo cuarto. Pero a diferencia del primero, este
perrito al ver a los otros 1000 perritos del cuarto se sintió amenazado ya que lo estaban viendo de una manera agresiva.
Posteriormente empezó a gruñir, obviamente vio como los 1000 perritos le gruñían a él. Comenzó a ladrarles ferozmente y los otros
1000 perritos le ladraron también a él. Cuando este perrito salió del cuarto pensó: "¡Qué lugar tan horrible es éste... nunca más
volveré a entrar allí!".

En el frente de dicha casa se encontraba un viejo letrero que decía: "La casa de los 1000 espejos".

Todos los rostros del mundo son espejos. Decide cuál rostro llevarás por dentro y ese será el que mostrarás. El reflejo de tus gestos y
acciones es lo que proyectas ante los demás.

Las cosas más bellas del mundo no se ven ni se tocan, sólo se sienten con el corazón.

ANALIZA Y VALORA

Si te has despertado hoy con más salud que enfermedad, tienes más suerte que el millón de personas que no va a sobrevivir esta semana.

Si nunca has conocido los peligros de la guerra, la soledad de la prisión, la agonía de la tortura, los dolores del hambre, estás por delante de 500 millones de personas en el mundo.

Si puedes ir a la iglesia o el templo sin ser perseguido, arrestado, torturado o asesinado... tienes más libertad que 300 millones de personas en este planeta.

Si tienes comida en tu nevera, llevas la ropa limpia, si tienes un techo encima de tu cabeza y un lugar seguro donde dormir, tu nivel de vida está por encima del de el 75% del planeta.

Si tienes dinero en el banco, en tu cartera, y unas monedas en una jarra en tu casa, eres parte del 8% de la población próspera del mundo entero.

Si tus padres están todavía vivos y casados, eres muy poco común...

Si llevas una sonrisa en tu cara, y estás agradecido por todo, estás bendito, porque la mayoría de la gente lo puede hacer pero no lo hace.

Si puedes leer este mensaje has recibido una doble bendición, ya que, primero alguien ha pensado en ti, y segundo, tienes más suerte que 2000 millones de personas de nuestro planeta que no saben leer.

QUEDA PROHIBIDO

Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarte un día sin saber que hacer,
tener miedo a tus recuerdos.

Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños.

Queda prohibido no demostrar tu amor,
hacer que alguien pague tus dudas y mal humor.

Queda prohibido dejar a tus amigos,
no intentar comprender lo que vivieron juntos,
llamarles sólo cuando los necesitas.

Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo,
no creer en Dios y hacer tu destino,
tener miedo a la vida y a sus compromisos,
no vivir cada día como si fuera un último suspiro.

Queda prohibido echar a alguien de menos sin alegrarte,
olvidar sus ojos, su risa, todo porque sus caminos
han dejado de abrazarte, olvidar tu pasado
y pagarlo con tu presente.

Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen más que la tuya,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.

Queda prohibido no crear tu historia,
dejar de dar las gracias a Dios por tu vida,
no tener un momento para la gente que te necesita,
no comprender que lo que la vida te da, también te lo quita.

Queda prohibido no buscar tu felicidad,
no vivir tu vida con una actitud positiva,
no pensar en que podemos ser mejores,
no sentir que sin ti, este mundo no sería igual.